Poniendo encima de la mesa las palabras ORGANIZACIÓN, EDUCACIÓN Y SOCIEDAD, ¿qué nos podría salir?
Para empezar con esta entrada, podemos decir que desde un principio estos tres conceptos se ven de manera irrevocable a su perfecta cohesión. Una unión que nos recordaría a la representación de un triángulo. Cada lado representaría un concepto y donde el centro localizaríamos al individuo, con el objetivo de relacionarse en el medio de una manera optima.
La interpretación de este triángulo sería la siguiente. Empezaré en primer lugar con relacionar a la persona con la importancia que tiene vivir en sociedad. Dicho esto, todos sabemos que el ser humano necesita desarrollarse dentro de un grupo de individuos. Este grupo, necesariamente tendría que identificarse con la persona. Una de los factores primordiales dentro del grupo sería la comunicación, tanto la verbal, como la no verbal. Esto provocará la interconexión entre los miembros de dicho grupo y su posterior entendimiento. A esto se le añade todas aquellas características que la psicología social por aporta sobre el estudio de los grupos. Pues bien, la necesidad de un individuo en vivir en grupos pequeños podemos extrapolarla a la necesidad de vivir en sociedad. Hay estudios que recalcan la idea de que el ser humano es inherente a su capacidad social, incluso, Aristóteles decía “el ser humano es un ser social por naturaleza y el insocial por naturaleza y no por azar o es mal humano o es más que humano. La naturaleza es por naturaleza y anterior al individuo”. Pudiendo resaltar la importancia de tal inherente unión.
Sin olvidar el triángulo que nos sirve de apoyo, el ser humano esta ligado íntimamente con la educación, pues sin ella no podría relacionarse en sociedad. Si tomamos la teoría de Charles Darwin, y la aplicamos a la educación, vemos que pueden servirse la una de la otra. Pues la teoría de la evolución nos habla del proceso de cambio continuo, de transformación en la especie a través de las distintas generaciones. Esta afirmación, si nos ponemos las gafas del profesional de la educación, podremos ver como la persona necesita estar atenta a los cambios que ocurren a su alrededor para poder desarrollarse en ella con total plenitud, pues si esto no sucede no conseguirá nunca ser una persona “educada”. Ya que el proceso educativo se materializa en una serie de habilidades sociales y emocionales en el individuo. Teniendo en cuenta el grado de concienciación del individuo, estos valores pueden durarnos toda una vida. Apuntalando aún más la idea de la educación continua, como método para no quedarse obsoleto en la sociedad, parémonos a pensar en la gran demanda que actualmente tiene los cursos de formación continua ocupacional (FPO). También podemos dirigir los ojos, hacia la escuela, donde la implantación de las TICs está siendo de absoluta actualidad, como método para incorporarse al vagón de la sociedad de la información.
Enlazando con el mundo de la empresa y la escuela, tratándose de dos instituciones en las que la organización es un elemento esencial, no me gustaría poder perder la oportunidad para poder ver la necesidad del individuo que tiene de vivir en unaorganización. El ser humano necesita aprovecharse de vivir dentro de una organización ya que las organizaciones son sistemas diseñados para lograr metas y objetivos. Compuestas ellas mismas por subsistemas interrelacionados que cumplen funciones especializadas. Teniendo cada individuo un papel fundamental dentro de tal entramado. Siendo imprescindible para que una organización funcione que el hombre viva en sociedad, para relacionarse con los demás iguales de su especie y la educación para saber como vivir en sociedad.
Completando con ello el triángulo con el que he comenzado la entrada de este blog y en el que me he fijado para explicar la relación de ORGANIZACIÓN, EDUCACIÓN Y SOCIEDAD
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